domingo, 8 de diciembre de 2013

La cultura gitana (4ª y última parte))



LA  INTEGRACIÓN




     La integración no debería aplicarse a culturas sino a comunidades o grupos sociales. En este sentido, deberíamos de definir a que grupos nos estamos refiriendo. No podemos hablar de los gitanos en general ya que los grupos que conforman la romipen o "gitanidad" se diferencian grandemente entre si. Un gitano o Romá de Yugoslavia es muy diferente a un gitano español. E incluso dentro de los gitanos españoles encontramos diferencias importantes, no solamente regionales sino de clases sociales.
     Desgraciadamente cuando se habla de gitanos, la imagen es siempre la misma: el gitano chabolista, analfabeto, la mujer pidiendo limosna con el niño a cuesta, el drogadicto, etc. De los 750.000 gitanos que hay en España, esa imagen solo representa a una minoría. Sin embargo es la más visible y la más destacada por los medios de comunicación de forma negativa. Los periódicos nunca dicen que dos payos robaron un coche. Pero nunca fallan en recalcar la etnia si se trata de gitanos. Y es así que cuando un gitano es bueno, entonces es un hombre bueno. Pero cuando es malo, entonces es un gitano.
     Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de gitanos no son tan visibles. Trabajamos y vivimos como cualquier otra persona y solamente en nuestros principios vivimos nuestra gitanidad. Creo que en un sentido social estamos integrados. Pero, si lo que los payos quieren es que pensemos como ellos, entonces no es integración sino subordinación.
     En cuanto a la comunidad no gitana (paya), también encontramos diferencias culturales. Por ejemplo, un payo andaluz y un payo catalán.
     Es por eso que contestar a esta pregunta es prácticamente imposible a menos que seamos muy específicos y digamos: "Nos referimos al gitano ortodoxo, canastero, y a la sociedad paya de Cataluña". Porque si nos referimos a los gitanos andaluces sedentarios y a los payos andaluces, creo que hay una integración bastante cómoda, hasta el punto en que a veces no sabemos donde empieza lo andaluz y donde lo gitano.
     Teniendo en cuenta lo anterior y todas las excepciones lógicas, en general es difícil integrar dos grupos que vienen de culturas con filosofías opuestas. La cultura gitana la llamo "circular" (lo que en antropología seria "colectivista"). Es una cultura cerrada sobre si misma, centrada en la familia, tradiciones y costumbres. La comunidad, la familia, es más importante que el individuo.
     Por el contrario, una cultura "lineal" (individualista) se centra precisamente en el individuo. Lo más importante es el progreso tecnológico, el avance económico y la posición del individuo en la esfera social. Como ejemplo "par excellence" de cultura lineal tenemos a los EEUU.
     En España, dependiendo de la región, se ven trazos de ambas culturas,
siendo más colectivistas en el sur, más individualistas en el norte. Claro está que con múltiples excepciones.
     He aquí un ejemplo práctico de las diferencias entre culturas individualistas y colectivistas.
     Una señorita joven, soltera, profesional, ganando un sueldo bastante bueno, vive en un piso sola con su madre anciana aunque aún en buen estado de salud. Digamos que no tienen otros familiares. Como es natural, la joven ayuda a su madre en ciertas cosas como son llevarla al médico, sacarla de paseo de vez en cuando, etc. Pero por lo general la madre tiene sus amigas del barrio, sale por la mañana a hacer la compra, se reúne con ellas en la plaza, habla con los vecinos, etc.
     A la señorita le ofrecen un trabajo donde le pagan casi el doble de lo que gana actualmente y además de ser una promoción en su carrera, es un trabajo con más posibilidades de avance profesional.
     El problema es que este trabajo requiere mudarse a otra ciudad bastante lejos de la suya
     La señorita tiene dos opciones:
     1.- Dejar a la madre en una institución o asilo privado donde la atiendan bien y tenga todas sus necesidades cubiertas. La señorita vendría a visitarla tan a menudo como le fuera posible.
     2.- Llevarse a la madre con ella a la nueva ciudad donde seguirían viviendo juntas en el mismo piso o casa.
     Como persona individualista, la señorita piensa en si misma, en su avance profesional, en su carrera y en la mejoría económica. La madre queda relegada a segundo lugar. La primera opción la racionaliza y la excusa con eso de que pondría a la madre en un retiro de ancianos, privado, caro, donde estaría muy cómoda. Aparte de que la visitaría dos o tres veces al año y durante las vacaciones la llevaría a algún sitio.
     Ni que decir tiene que esto produciría un gran trauma a la madre, acostumbrada a vivir con su hija (único familiar), en su propia casa.
     Por eso la segunda opción parece ser mejor.
     La misma señorita, en el mismo caso, si fuera gitana o de otra cultura colectivista, no tiene ninguna opción más que rechazar el trabajo ya que su madre es más importante que todos los avances profesionales o económicos.
     Porque ni siquiera la segunda opción es valida ya que significaría sacar a la madre de un ambiente en la que se siente cómoda y acostumbrada, alejándola de todos sus amigos, etc. Está consciente que una mujer ya mayor no estaría a gusto en una ciudad nueva, donde no conoce a nadie, y "empatizando" con su madre, ni siquiera esta opción se le ocurre, ni siquiera se le pasa por la cabeza.
     Otra diferencia cultural es el concepto del tiempo. Los individualistas se rigen por "el reloj". Cada cosa tiene su tiempo. Los colectivistas se rigen por "acontecimientos".
     Por ejemplo, si un individualista esta trabajando y lo llaman para decirle que un familiar ha sido ingresado en un hospital, enseguida hará planes para ir a visitarlo después del trabajo o, dependiendo de la gravedad del asunto, al día siguiente, o esperará al fin de semana cuando tenga más tiempo libre.
     El gitano (colectivista) inmediatamente le pedirá permiso al jefe para salir del trabajo y visitar a su pariente. Dependiendo de la gravedad del asunto, puede darse el caso de que si el permiso se le niega, el gitano abandone el trabajo.
     Los que no conocen estas peculiaridades de la cultura gitana, podrían achacar esta conducta a una forma de ser irresponsable: Correr el riesgo de perder un trabajo por visitar a un pariente enfermo. Pero una vez más, hablamos de lo que en cada cultura se considera importante. En la gitana lo primero es la familia. Por tanto el gitano es responsable, solamente que su sentido de responsabilidad es diferente al del payo.
     La diferencia que tenemos en cuanto al concepto del tiempo se nota incluso en la forma de hablar. El payo, individualista (y por tanto muy puntual) diría con mucha formalidad: "Esto ocurrió en Junio del 1956."
     El gitano tiende a decir: "Esto paso en la casa de mi abuelo, cuando vivíamos en Utrera."
     La integración por tanto significaría cambiar toda una forma de sentir, pensar y vivir. Podemos imaginar, por los ejemplos dados, lo difícil que seria para el gitano trabajar y funcionar en un mundo regido por el reloj. Atenerse a un calendario rígido, ser puntual, etc.
     Por ejemplo, en sociedades individualistas, las reuniones de negocios se planean de antemano, con día y hora formal. Si la reunión es a las diez, todos llegan momentos antes de las diez. Si faltara alguien, se le espera por unos cinco o diez minutos y enseguida se procede con la reunión, estén o no estén todos.
     En las colectivistas, si la reunión es a las diez, no es raro que empiecen a llegar como media hora más tarde. Si falta alguien se le espera otra media hora. Es posible que lleguen las once y la reunión aun no haya empezado. Es posible que alguien mencione el hecho de que se esta haciendo tarde, que mejor se vayan a comer y se aplaza la reunión para otro día.
     El gitano estaría más cómodo con este último grupo. Por tanto, su integración tendrá más éxito conforme la sociedad sea más colectivista y menos individualista.
     No quiero decir con todo esto que el gitano no sea formal para el negocio. Simplemente que no se siente cómodo con las "formalidades". Puedo asegurar, sin embargo, que un médico gitano, si tiene que operar a las diez, estará operando a las diez y no a las diez y media. El truco esta en darle a cada cosa la importancia merecida y no más. Mientras para el individualista, todo parece ser de la misma importancia. Son muy burocráticos en sus pensamientos y conducta. Todo se lo toman demasiado en serio y por eso raramente sonríen.
     Para una integración del gitano en general tendríamos que examinar cuales valores son universales a la cultura y por tanto intocables y cuales otros son particulares y si pueden modificarse.
     Los valores universales de la Romipen, tales como el intenso amor y apego a la familia, el respeto a los mayores, la solidaridad, etc., no solamente son inmutables sino que son los cimientos de la cultura.
     Sin estos valores, no habría gitanidad.
     Aunque estemos generalizando, podemos decir que los catalanes tienen una cultura más individualista que los andaluces.
     Por tanto, una cultura colectivista como la es la gitana tendrá menos conflictos culturales con otra cultura colectivista como lo es la andaluza.
     Y de hecho está demostrado que de todas las regiones de España, el gitano está más aceptado en Andalucía y se nota un mayor grado de integración con la sociedad mayoritaria. También es cierto que es la región con el mayor numero de gitanos y quizás este ahí la clave: La convivencia, la familiaridad que tienen los payos andaluces con los gitanos andaluces, especialmente en pueblos y ciudades pequeñas, disminuye el recelo por ambas partes, promueve la simpatía mutua y por consiguiente el gitano es menos reacio a la integración.
     De todas formas, cuando hablamos de integraciones deberíamos de referirnos a integración laboral, escolar, etc., y no querer forzar al gitano a dejar de serlo. Eso ya lo intentaron desde los Reyes Católicos hasta Franco y si ellos y toda la Historia entremedio no pudieron cambiar el carácter del gitano, no creo que ahora, así porque si y porque algunos individuos paternalistas lo quieran, el gitano va a convertirse en payo.
     Lo que realmente necesitamos no es más integración, sino más igualdad de oportunidades.



                                                                                                               Miguel Mendiola



jueves, 5 de diciembre de 2013

La cultura gitana (3ªparte)



  El desempleo
 
   

     La pobreza y la ignorancia, catalizadas por la marginación social, producen un precipitado amargo del cual se derivan muchos otros problemas, entre ellos el del desempleo.
     Todos estos problemas se alimentan unos de los otros formando un círculo vicioso del cual es muy difícil salir. La situación es tan compleja que la única forma de analizarla adecuadamente es separando cuidadosamente todos los elementos.
     El problema del desempleo tiene que ser atacado en dos frentes: El de afuera, los obstáculos creados por la sociedad mayoritaria, y el de adentro, los creados por los propios gitanos.
     Estos últimos ni son tantos ni tan difíciles de resolver como nosotros mismos creemos. Sin embargo se usan más como excusa (por los racistas de turno) que aquellos más serios y permanentes creados por la sociedad dominante.
     El gitano marginado no está acostumbrado a trabajar en una fábrica con un horario rígido y teniendo que cumplir órdenes a cada momento. En este sentido, más individualista no se puede ser. Es una de esas contradicciones difíciles de explicar en la
cultura gitana.
     El gitano prefiere ser su propio jefe; tener su propio negocio, aunque ello signifique el sacrificar cierto bienestar económico o seguridad económica. Por un lado carece de la ambición del individualista; por el otro lado desea la independencia que precisamente ofrece el individualismo en su sentido más puro. Pero no es el momento oportuno para investigar más profundamente estas contradicciones. Nos interesa más, en este momento, el buscar soluciones a este grave problema del desempleo en la población
marginada del gitano.
     Y a pesar de esta actitud inicial de independencia que el gitano desea con respecto a cómo ganarse la vida, puede cambiarse si existen motivaciones más atractivas que las condiciones encontradas en una fábrica, por ejemplo.
     Habrá, sin dudas, algunos gitanos dispuestos a ser esclavos de un reloj y de una máquina, y a estos no se les debe de quitar ese derecho de trabajar en esas condiciones si así lo desean. Pero ¿por qué tenemos que mirar a puestos de trabajos que van en contra de la misma gitanidad, alma y espíritu del gitano?
     Si un gitano puede aprender el funcionamiento de una máquina moderna, también puede aprender el funcionamiento de una máquina fotográfica, por ejemplo.
     Hay oficios que sin ser tradicionalmente gitanos,  tienen algo común con la forma de ser del gitano. Un fotógrafo de bodas, bautizos y comuniones no tiene que adherirse a horas rígidas y rutinarias. Trabajar por su cuenta y en un trabajo donde hay cierta creatividad, son dos condiciones muy bien vistas por la mayoría de los gitanos.
     Esta sería una forma de integrar laboralmente al gitano marginado.
     Cuando las asociaciones gitanas diseñen talleres o cursos profesionales para ciertos grupos de gitanos, deberían de tener en cuenta estos factores. Cualquier trabajo de cara al público es preferible a uno rutinario, monótono, aburrido, poniendo ladrillos o apretando tornillos en una fábrica.
     Pero aún así, sean entrenados para carpinteros o vendedores o representantes de productos, no basta con decirles: ya eres carpintero. ¡A trabajar!
     El gitano no está acostumbrado a entrar en una oficina de personal y pedir trabajo. En sociedades circulares los miembros se ayudan unos a otros. Los trabajos se buscan a través de recomendaciones. Los miembros no saben de papeleo, de solicitudes, de entrevistas. Esto también hay que meterlo en el currículum.
     Si es posible acompañarlos a la entrevista se les acompaña. Los gitanos no van por los montes solos. Eso solo pasa en las poesías y en las películas baratas. Y no se pueda cambiar en una generación la mentalidad de toda una cultura, muy vieja, de muchos años de hacer las cosas de una forma y de pronto hacerlas de otra.
     Entendamos que a los gitanos no les gusta salir de su ambiente, entrar en el del payo, en oficinas y bancos, solos. Esa ayuda emocional también es necesaria.
     Son muchos detalles como estos los que hay que tener en cuenta a la hora de querer integrar laboralmente a un gitano, especialmente a uno marginado, a un mundo que le es totalmente extraño, que solo ha visto de lejos, al que no está acostumbrado.
    Hacerlo de otra forma es condenarlo al fracaso incluso antes de empezar.
   






                                                                                                           Miguel Mendiola

      

  


domingo, 24 de noviembre de 2013

La cultura gitana (2ª parte)




                                   

 La efectividad gitana



      Cuando hablo de efectividad gitana, me refiero a toda una cultura y no a individuos. Aún así,  mucha gente cuestiona este concepto, dado el gran índice de analfabetismo en la población gitana al mismo tiempo que una pobreza endémica. ¿Qué tan efectivos son los gitanos cuando por cientos de años han sido en su mayor parte pobres y lo
siguen siendo?
      La pobreza y el analfabetismo no tienen nada que ver con la efectividad y sí mucho con circunstancias externas a la cultura. Teniendo en cuenta las persecuciones, discriminaciones y todos los obstáculos que el gitano ha tenido que vencer a través de su historia, es sorprendente que haya sobrevivido. Sabemos que un campeón de natación es muy efectivo en su deporte; pero si lo agarran entre varios y no lo dejan nadar, nunca podrá demostrar qué tan bueno es. Y al gitano le ha pasado lo mismo. Siempre ha estado agarrado, a veces literalmente, y por eso le será difícil probar qué tan
efectivo sería a menos que tuviese las mismas oportunidades que un payo acomodado, por ejemplo.
      La efectividad gitana no es más que un alto coeficiente emocional.
      Para mí, esto es más importante que tener un alto coeficiente intelectual, el cual a veces nos da una idea errónea de la capacidad mental de una persona. La inteligencia es algo demasiado complejo como para poder medirse o catalogarse. Estos exámenes de inteligencia miden solamente una parte de la inteligencia total de una persona, como por ejemplo su capacidad para reconocer patrones aritméticos o gráficos representados por símbolos abstractos. Pero si esta capacidad no va acompañada de muchas otras, es posible que no sirva de mucho a la hora de resolver un problema real o de tener que tomar una decisión importante.
      Estos exámenes no toman en cuenta ni la cultura ni el nivel de educación de la persona. Con un tiempo límite, favorecen a aquellos que leen bien y rápidos, a aquellos que están acostumbrados a tomar exámenes y no se ponen nerviosos. Y favorecen también a aquellos que pertenecen a la misma cultura que el diseñador del examen.
      El simple hecho de tener un tiempo límite, favorecerá a los que piensan rápido, lo cual no necesariamente quiere decir que sean más inteligentes que aquellos que se toman su tiempo.
      Por ejemplo, Mozart podía componer una sinfonía de un tirón sin tener que borrar ni una sola nota musical. Por el contrario, Beethoven nunca estaba satisfecho con su obra, repasándola muchas veces, borrando y volviendo a escribir. Pero a pesar de la rapidez y facilidad de uno y la lentitud fastidiosa del otro, pocos se atreverían a decir que el uno era mejor que el otro o más inteligente.
      El ser inteligente es importante pero es un factor que no podemos controlar y que, aparte, no nos garantiza el éxito en la vida.
      Por el contrario, el coeficiente emocional es el factor decisivo. De acuerdo con el psicólogo Daniel Goleman, quien acuñó este término, a veces también referido como inteligencia emocional; las personas con un alto grado de coeficiente emocional tienen las siguientes cualidades:

     Gran capacidad de adaptación.
     Intuición.
     Poder de observación.
     Sentido de lo que es o no es importante.
     Conocedor del ambiente que lo rodea.
     Estabilidad emocional.

      Todas estas cualidades son igualmente gitanas; se puede deducir que el gitano es emocionalmente inteligente.
      Incidentemente, estas cualidades son las mismas que forman parte de la efectividad gitana de la cual he hablado por mucho tiempo. En un principio, he atribuido el desarrollo de estas cualidades a circunstancias históricas por las que el gitano ha pasado, poniéndolo a prueba, forjándolo, y en cierto modo forzándolo a ponerse listo, porque de otra forma no hubiera sobrevivido. Más tarde he aprendido que también se deben en gran parte a la misma cultura, que los individuos que se crían en un ambiente familiar, protegidos, mimados incluso, tienden a ser personas estables, sociables, alegres, extrovertidas. Al contrario de aquellos que pasan su infancia en guarderías infantiles, con poco contacto con los padres y mucho menos con su familia extendida, como son los abuelos, tíos, etc., a los cuales la mayoría de las veces ni siquiera conocen. Estos tienden a ser personas introvertidas, reservadas, asociales, que desarrollan un mayor egoísmo, incluso narcisismo.
      Es el yo versus; el  nosotros del que ya hablé anteriormente que caracteriza las diferencias entre las culturas lineales y circulares.
      Individuos que forman sus caracteres en culturas lineales, donde lo más importante es el yo, nunca aprenden bien a relacionarse con otros, viven demasiado encerrados en sí mismos, no les gusta que los toquen. No es de extrañar que no tengan idea de lo que está ocurriendo a su alrededor. Por eso es difícil para estos individuos desarrollar estas cualidades de comunicación, de entendimiento de la naturaleza humana. No se entienden ni ellos mismos ¿cómo van a entender a otros?
      Veamos ahora estas cualidades, componentes de mi efectividad
gitana, aclarando una vez más que me refiero a la cultura en general y no a individuos, ya que es natural que existan excepciones.

1.- Poder de observación.
      Realmente es una gran capacidad de cognición, de entendimiento o de
la interpretación de las claves de comunicación tanto verbal como no verbal. Puesto más simple: El gitano interpreta rápido y exactamente tanto los gestos como el tono de voz de su interlocutor.
      Si consideramos que la comunicación humana consiste en un 60% en gestos, muecas, inflexión de voz, etc., podemos fácilmente ver que aquellos que lean esta comunicación de forma rápida y exacta, tienen considerable ventaja sobre aquellos que no la interpretan bien o ni siquiera se dan cuenta de ella.
      Si lo que una persona dice es solo un 20% de lo que realmente quiere decir o piensa, entonces una buena lectura de los gestos y movimientos de esa persona se aproxima en mucho a leer su pensamiento. Esto es un poder verdaderamente extraordinario. Cuando ambos interlocutores poseen esta cualidad, se entienden con pocas palabras. Por eso yo suelo decir que los gitanos entendemos y nos entendemos con una sola mirada.

2.- Intuición.
      Es la capacidad de recolección de experiencias pasadas y de relacionarlas a circunstancias actuales en donde los factores pueden ser diferentes pero no alteran el producto. El gitano observa y enseguida intuye. Esto le permite leer bien cualquier circunstancia y por consiguiente sacar el mayor provecho de ella o en su defecto
evitarla, si es nociva.

3.- Entender bien el ambiente inmediato.
      Con una rápida mirada, el gitano se percata de la relación entre él y los objetos o personas que le rodean. No estoy seguro de si esta facultad se aprende o es ya inherente en el gitano. Quizás por todos los palos que le han dado a través de la Historia, desarrolló la habilidad de verlos venir y esquivarlos.
      Para ello es imprescindible que esté constantemente pendiente, aunque de forma ya natural y subconsciente, de donde están todos los objetos que le rodean, percatándose de inmediato de cualquier cambio en la geografía del ambiente por imperceptible que sea.

4.- Discriminación.
      Esta facultad es producto y suma de todas las anteriores ya mencionadas.
      Cuando una persona se percata de su ambiente, observa e intuye, le es fácil entender qué es lo que puede ignorar y a qué o a quien prestar atención. En otras palabras, reconocer qué es o no es importante.
      El  gachó por el contrario, no sabe discriminar. Todo por igual es importante.      Burócratas naturales, no tienen idea de prioridades. Lo primero que viene es lo primero que atienden, independientemente de su importancia.
      Podemos ver cómo estas cualidades, puestas juntas, podrían ser de mucho valor en el mundo laboral. Solamente tenemos que figurar cómo hacerlo, cómo integrarlas y cómo usarlas afuera de la comunidad gitana.
      Y es que contra más individualista, más lineal, se vaya convirtiendo la sociedad mayoritaria, y al parecer a España le quedan tres telediarios para convertirse en una sociedad totalmente lineal, más difícil le será al gitano ortodoxo integrarse laboralmente a esa sociedad.




                                                                                                       Miguel Mendiola

viernes, 15 de noviembre de 2013

La cultura gitana (1ª parte)



    

 Quiero insertar en mi blog este ensayo para que no se pierda y más que nada, para hacerle un homenaje a mi hermano. Que aunque se fue, aún sigue con nosotros.
   

 Si tienes paciencia y tiempo libre…



Algunas observaciones sobre la cultura y la efectividad gitana


Aclaración:

     Este ensayo sobre la cultura gitana es un compendio de varias observaciones apuntadas hace mucho tiempo en un viejo y ya  mugroso cuaderno, basadas en mis propias experiencias y conocimientos personales que se limitan a los gitanos andaluces y muy especialmente a los sedentarios. En ninguna forma pretendo extender estas opiniones a la cultura gitana de otras regiones o países, aunque firmemente creo que los principios que aquí expongo pueden aplicarse a todos los gitanos, no importa de donde procedan, con algunas modificaciones lógicas.

     Alguien me señaló que algunos términos que uso, tales como cultura circular y cultura lineal, tienen raíces antropológicas. No quisiera meterme en un campo en el cual no tengo ni idea, ya que mis conocimientos antropológicos son muy limitados.
     Cuando usé estos términos por primera vez, o no sabía o no me acordaba que los antropólogos sustituyen mi circular por colectivista y mi lineal por individualista.
     Sin embargo, estos términos antropológicos son un tanto antiguo y a veces también se usan para indicar culturas o sociedades socialistas o capitalistas. Para evitar connotaciones
políticas he preferido continuar usando mis propios términos, aparte de que me suenan más simples y menos gachó.
     Y siguiendo con este pensamiento de simplicidad, no he corregido los apuntes originales, aunque sí he añadido algunas cosas. Muchos de estos apuntes ya los he usado en otras ocasiones, incluyendo algunas de las conferencias que he dado en universidades y otras instituciones en California.
     En lo posible, o quizás porque no sé hacerlo de otra forma, he usado un lenguaje simple y al grano, evitando palabras esotéricas o técnicas excepto cuando eran estrictamente necesarias.






La cultura gitana



     La gitanidad es un calidoscopio social tan maravilloso como mágico donde encontramos sanas contradicciones psicológicas. Pero antes de descifrar en qué consisten estas contradicciones o cuales son las virtudes y defectos de la Romipen o cultura gitana, creo necesario explicar lo que entiendo por cultura.
     De una forma simple, la defino como el conjunto de normas, costumbres y tradiciones seguidas por una colectividad o grupo social que han ido forjando, a través de generaciones, un carácter distintivo, una forma de ser que lo diferencia de otros grupos. Esta diferencia se demuestra en la forma de expresarse, en el idioma tanto como en las expresiones laborales, artísticas, espirituales o filosóficas.
     El Hombre necesita la cultura porque es un ser gregario por naturaleza, un ser social, un animal político como diría Aristóteles y contrario a lo que dijo Thomas Hobbes. Necesita por tanto pertenecer a un grupo social estable donde se sienta cómodo y emocionalmente seguro.
     A medida que una cultura se va perdiendo o empieza una erosión de sus cimientos, sus miembros empiezan también a experimentar una serie de problemas físicos y psicológicos (como veremos más tarde). Al igual ocurre con individuos que pertenecen a culturas pobres en tradiciones y costumbres, o culturas que se van alejando de la definición dada anteriormente.
     Dentro de esa definición, distingo dos clases de cultura:
Circular.- Se centra en sí misma, en las tradiciones y costumbres, donde la familia es piedra fundamental y donde la comunidad es más importante que el individuo.
Lineal.- Lo importante es el individuo, la independencia, el progreso económico, social y tecnológico. La comunidad queda relegada a segundo lugar y tanto la familia como  la comunidad son  importantes en cuanto a lo que puedan contribuir al éxito individual.

     Pero ésta es una clasificación simplista. En realidad no existen culturas puramente lineales o circulares. Todas son espirales de Arquímedes más o menos cerradas y de aperturas más rápidas o lentas. Por ejemplo, la cultura gitana es una espiral tan cerrada y lenta en su apertura que prácticamente se puede considerar como un círculo, y por eso la llamo circular. Por el contrario hay otras que empiezan con una espiral muy abierta y acelerada en su apertura hasta que terminan disparándose en línea recta. Podemos dibujarla como un bastón tradicional donde el puño sería el intento de espiral que pronto desaparece en un palo recto.

     La cultura de Estados Unidos es un ejemplo de cultura lineal, donde el amor filial existe en un principio (puño del bastón) pero muy pronto los familiares empiezan a despegarse y se van apartando en busca de su propia independencia e individualismo (la vara del bastón).
     No es raro en este tipo de culturas lineales encontrar a padres e hijos que solamente se ven una vez al año, parientes que no se conocen, etc.
     Mientras que en la cultura gitana ocurre precisamente lo opuesto. El individuo vive y muere por su familia.
     La familia es el fulcro y la palanca de la vida del gitano. Es el fulcro porque es el punto centro que le da equilibrio; es la palanca porque es la máquina que lo mueve, que lo motiva.

     Los miembros de una cultura circular, como la gitana, se podrían representar como los radios de un círculo. Quizás no sea tanta coincidencia, como puede ser magia, que la Romipen pueda representarse por la imagen de la rueda de un carro. Después de todo, los símbolos son parte de las culturas circulares. Esto lo aprendí de mi hermano algebráico el doctor Paul Apodaca, indio navajo, que pertenece a una cultura tan rica en símbolos que hasta forman parte de su sistema de salud física y espiritual.
     Los símbolos también tienen su lugar en culturas lineales pero en menos calidad y duración.
     Por ejemplo, -aunque la analogía sea un tanto simple y superficial- puedo asegurar que las imágenes de una cultura milenaria, la imagen de una Giralda, una estampa del rocío, etc., producen efectos muchos más profundos en una cultura circular como la andaluza que las imágenes de una ciudad o de un Elvis Presley puede producir en una cultura lineal como la de los Estados Unidos.
     Todo es relativo, y es cierto que el soldado norteamericano que recibía una foto de Marilyn Monroe durante la segunda guerra mundial, sentía las emociones propias de su tierra. La imagen de un MacDonalds o de un famoso jugador de baseball puede provocar recuerdos muy queridos de la patria. No hay duda que las emociones son fuertes.
     Pero incluso considerando esa relatividad, no creo que pueden ni siquiera empezar a compararse con las emociones de un emigrante andaluz que lleva varios años sin ver a su pueblo y le mandan una estampa del Rocío o una foto de la feria.
     Esto se extiende a otras particularidades como por ejemplo las connotaciones de ciertas palabras. Por ejemplo, la palabra friend en inglés, literalmente se traduce como amigo en español. Pero puedo opinar, porque conozco bien las dos lenguas, que los significados son muy diferentes. A friend en Estados Unidos, y debido a la movilidad dinámica y sobre todo a la superficialidad de las relaciones en esta cultura, dura menos que una saliva en una plancha. La palabra friend está más cerca en significado a lo que nosotros entendemos como conocido, que la traducción literal de amigo.
     En nuestra cultura, por el contrario, un amigo es por lo general alguien a quien conocemos bastante bien, por muchos años, y a quien apreciamos hasta el punto en que en algunos casos lo consideramos como un hermano. Naturalmente que hay excepciones. Pero en general, los sentimientos son más profundos, y por eso repercuten hasta en la forma de expresión, en culturas circulares que en las lineales.
     La explicación, muy mía y muy personal, la encuentro en la diferencia en sustancia (o si se prefiere, calidad) entre las dos culturas.
     Para entender a la cultura gitana tenemos que comprender bien este concepto de circularidad y quizás así más tarde podremos también apreciar mejor los problemas que el gitano tiene o puede tener cuando intenta integrarse a otra cultura con filosofía y valores totalmente opuestos a la suya.
     Básicamente la más importante diferencia entre una cultura circular y una lineal es en cómo cada una de ellas trata con el yo y con el nosotros. Aunque como ya he dicho no hay ninguna cultura puramente circular o lineal, y aunque en ambas culturas existen trazos de colectivismo y de individualismo, es notable la diferencia en valores entre las dos.
     La cultura lineal pone el énfasis en los objetivos personales del individuo. En esta clase de cultura se anima a la competición, la agresividad, la independencia, el tomar riesgos, en el ganar por encima de todo. Las relaciones familiares son cordiales pero no más.
     Todo esto tiene una explicación: Si el individuo quiere tener éxito en la vida, no puede conectarse demasiado con otros que puedan impedirles ese éxito al exigir deberes y favores quizás en momentos inoportunos. Esto se aplica a la misma familia.
     No es raro ver como individuos de esta cultura no tienen reparos en poner a sus padres o abuelos en un asilo para que no los molesten ni les impidan cualquier clase de progreso en sus carreras o profesiones. Prevalece el yo el egoísmo.
     Las culturas circulares, por el contrario, favorecen los objetivos del grupo (o familia) sobre los del individuo. Prevalece el nosotros.
     Este estado es para mí más natural que el anterior. Creo que las sociedades primitivas, con algunas raras excepciones, eran circulares. En ellas, la familia nuclear y la extendida permanecen en contacto. Los niños crecen rodeados de toda clase de familiares más que dispuestos a cuidarlos. Y ya se han hecho varios estudios sicológicos que demuestran que esta atención, contacto físico, (incluyendo un largo periodo de lactancia), etc., produce individuos emocionalmente más estables y seguros de sí mismos.
     En la cultura gitana, la familia es lo único, lo más importante en primer análisis y en todos los que vengan después, porque todo lo demás es un rollo en comparación. En el momento en que cualquier factor deteriore o amenace deteriorar la unión y el amor filial, en ese momento se le declara anti-gitano y se rechaza.
     Qué tan importante no será este concepto de la familia que las fuerzas del Mal lo han entendido a la perfección y tan pronto como entran en poder (tal como los Nazis o la China comunista) lo primero que hacen es destruir a la familia y suplantarla por el  Estado.
     Irónicamente a esto se le llama colectivismo y es por eso que en principio rechacé este término.
     En nuestra circularidad, la adhesividad familiar y el cariño tienen también funciones prácticas. Por ejemplo, en culturas lineales, cuando a un gachó le entra cualquier gilinea enseguida va a un terapeuta para que lo cure o le dé una pastilla. Entre nosotros siempre hay un tío, una hermana, un abuelo que enseguida nos pregona y nos pone más derecho que una vela. En el momento en que siquiera pensamos en hacer algo que no nos conviene, nos saltan con eso de…Pero, ¿tú estás chalao o qué? Y así nos inculcan vergüenza o miedo a la desaprobación familiar.
     Este es un proceso continuo que ocurre en la vida del gitano de forma natural. Durante la comunicación diaria con la familia se van aclarando y refinando valores, se van apaciguando miedos y preocupaciones. Las frustraciones son mundanas y no llegan a más. Y como consecuencia, es raro que un gitano se vuelva loco y le dé por matar a catorce.
     En otras culturas no es tan raro. Por tanto algo tenemos que es demasiado bueno para perderlo.
     Pero eso no quiere decir que no deberíamos perder ciertas cosas.
     Desgraciadamente el Mundo tiende cada vez más a ser lineal. El gitano tiene que seguir adaptándose a las circunstancias. No podemos sobrevivir en un mundo individualista si seguimos a rajatabla costumbres arcaicas. La rueda de nuestro carro debe representar también movimiento. Es decir, la cultura puede ser más o menos hermética pero al mismo tiempo dinámica. Recordemos que la rueda de un carro no cambia ni en forma ni en sustancia simplemente porque se mueva. De hecho, el movimiento es parte integral de su naturaleza.
     Por eso, la cultura, nuestra cultura, puede avanzar, retroceder o quedarse estancada. En ninguno de los tres casos pierde su forma. En otras palabras: Los gitanos pueden levantar esa rueda del carro, sacarla del fango, avanzarla, sin que por ello dejen de ser gitanos. Uso este lenguaje simbólico con la esperanza de comunicar mejor lo que yo creo es la realidad actual gitana, el problema fundamental que se plantean muchos gitanos, aunque sea de forma subconsciente. ¿Cómo podemos integrarnos en la sociedad mayoritaria sin perder nuestra gitanidad?
     Fácil, en cuanto a la respuesta: Nos la metemos en el bolsillo. Donde vayamos nosotros, va ella. Y como un carné de identidad espiritual, la sacamos tantas y cuantas veces sean necesarias.
     Difícil, si esa gitaneidad es demasiado grande para nuestro bolsillo. Por eso, lo primero que tenemos que hacer es definirla bien para ver cuántos elementos superfluos podríamos eliminar.
     ¿En qué consiste esa gitanidad? En costumbres y tradiciones, en valores éticos y espirituales, en una forma de ver y enfrentar la vida. En otras palabras, tenemos una gran cantidad de cacharros que llevarnos al carro, algunos imprescindibles, pero algunos también desechables.
      En estos últimos podemos encontrar costumbres gitanas que se adquirieron por culpa de circunstancias históricas, pero hoy día pueden considerarse como anacronismos románticos, pero innecesarios.
      Un ejemplo obvio y gastado es la tradicional boda gitana. Aunque el ritual de la boda en sí no interfiere con una integración en la vida social de la comunidad mayoritaria, si esta costumbre permaneciera en efecto y se llevara a rajatabla, fácilmente perjudicaría al desarrollo de la mujer gitana.
     La tradición, en realidad, no es la ceremonia de la boda sino el valor otorgado a la virginidad de la mujer. No importa si algún día se pierde por completo el ritual del pañuelo, nunca se perderá lo verdaderamente gitano: La vergüenza que la promiscuidad sexual acarrea a la familia.
     Y reconocemos que se aplica injustamente solamente a la mujer, porque ella es la que tiene más que perder. Pero lo importante es reconocer cuales son los valores que esta tradición guarda y conserva.
     Hoy día hay factores prácticos por los cuales no deberíamos animar el acto sexual prematuro, muy especialmente si produce un embarazo inoportuno. Hay también factores morales, éticos y médicos, riesgos innecesarios y que todos conocemos.
     Desgraciadamente en este asunto siempre lleva la peor parte la mujer gitana. Pero al mismo tiempo que no deberíamos exigir una virginidad, sí podríamos esperarla. Creo que la mujer gitana que ya de por sí tiene mucho orgullo en su honra, no necesita el tener que demostrarla a cada momento.
     Esta es una de las tradiciones que podrían quedar de una forma simbólica, totalmente voluntaria y usando quizás otras formas más modernas de representarla.
     Si realmente, cuando todos estos problemas modernos se nos presentan, mirásemos a los pilares fundamentales de la cultura, como son la devoción a la familia y el respeto a los mayores, podríamos encontrar soluciones sin perder la verdadera gitanidad. Y esto es lo que yo llamo; derivar integraciones.
     Dejémonos pues de anacronismos históricos que nos paralizan y no nos dejan sacar la rueda del fango. Esos cacharros ponen demasiado peso en el carro. Tenemos que decidir que aquí lo que importa es el carro, que siga rodando bien. Y si para ello tenemos que desprendernos de un trasto o dos, pues que así sea. Es hora.




                                                                                                                            Miguel  Mendiola


 

miércoles, 30 de octubre de 2013

La Soleá



     Los escritores del flamenco dicen que si tal cante tiene un complemento genérico, que si una deformación idiomática, que cuántas sílabas tienen estos cantes o aquellos  otros, que si son hexasílabos o endecasílabos, de cuándo nació o cuando murió tal cantaor/a, de la vida que tuvo, a qué cantaores le dieron la llave; datos, sólo datos y más datos, lo que tendrían que hacer sería escuchar más. Por otra parte tenemos que estar agradecidos, porque el flamenco vive para que los aficionados sepan todas estas cosas. Supone una fuente de información en la cual se está al tanto de todo, más si la página a visitar contiene vídeos sonoros de los cantes y que se vaya contrastando con lo que se expone.

     Me viene a la memoria una reunión en la que había unos flamencólogos que estaban discurriendo sobre flamenco y a alguien se le ocurrió decir: ¡Lo bien que cantaba por soleá Curro el Bocón! (como podía haber dicho cualquier otro nombre) Nadie pudo refutar tal afirmación porque no sabían quién era ese cantaor. Esto quiere decir que si los sacas del estudio que han hecho, no saben qué decir. Seguramente al llegar a sus casas buscarían información. Quizás se darían cuenta entonces que Curro el Bocón nunca existió. 

     También creo que algunos (la mayoría) deberían asistir a alguna clase de compás, que ahora está tan de moda. Así comprenderían cuándo un cantaor entra donde debe entrar y que… el guitarrista en vez de la guitarra no coja la escopeta para ir de cacería. El que entiende de esto sabe lo que digo.

    
    Y hablando de la soleá que cantaba el tal Curro antes mencionado, yo me pregunto que si la Solera... es la madre del vino; ¿por qué no la Soleá la madre del flamenco? Y pienso que es la madre, porque hoy en día hay una tendencia en hacer cualquier cante en soleá por bulería, ya que su estructura se presta a ello.
     Dicen que la toná fue el cante primigenio del flamenco, según la inquisición que han  hecho se ha determinado que esto sea así.
    
Aquí os dejo lo que para mí es la esencia pura del flamenco. 
¡No se pué cantá mejó por soleá!









Rafael Mendiola

lunes, 1 de julio de 2013

SEVILLA TIENE UN CALOR ESPECIAL

Decía mi hermano Miguel que en Sevilla, primero viene "el calor", después llega "la calor", seguido de "los calores" y  "las calores".

 Solamente un sevillano puede reconocer las diferencias sutiles entre estas cuatro formas de temperatura.

También se dice que hoy día hace más calor que nunca, que los viejos no recuerdan haber padecido tanto. Pero los viejos nunca fueron tan viejos ni el calor sevillano puede recordarse. El único que cuenta es el de ahora, no importa cuando ese "ahora" sea. Y sea cuando sea, siempre es el peor.

La verdad es que Sevilla ( aparte de un color) tiene un calor especial. El sevillano, sospechoso del mercurio oficial, inventa una escala más exacta de medida; basta con oir las expresiones por la calle o al salir de casa. Y así, tenemos un idioma calórico: ¿Has visto el calor que hace? = 33 grados, ¡ Vaya tela! = 37 grados, ¡ No se puede andar por las calles! = 40 grados, ¡¡ Ojú!! = ( aquí cuando oímos un "ojú" seguido de un " esto ya es demasiao" nos vamos corriendo pa casa y no salimos en todo el día). Cada expresión tiene una función psicológica específica, además de medir exactamente los grados de temperatura y de añadirle ese sabor misterioso que hace del sevillano un fenómeno metafísico. Es un barómetro de queja y consuelo al mismo tiempo. Si no se queja uno, revienta. Y el consuelo está en la afirmación de que uno sufre igual o más que el que se está quejando. Porque el calor se aguanta mejor si sabemos que no somos los únicos en padecerlo. Y para no pecar de herejes y no perder amistades, hay que contestar con el consabido" Esto no se ha visto nunca".

Porque Sevilla tiene un calor especial que no solamente se siente, sino que se ve, se oye, se anda, se experimenta con todos los sentidos orgánicos e inorgánicos.

Y así decimos que " No se puede aguantar", pero lo aguantamos, lo hemos aguantado y vamos a seguir aguantándolo. Porque Sevilla es Sevilla, tal como es y no de otra forma, por ese calor tan especial, tan suyo...


Así habló Bocajusta.


domingo, 7 de abril de 2013

LA TONÁ

Mis ideas no van encaminadas a cortar raíces profundas, sin embargo a veces me pregunto de dónde proceden ciertos cantes.
Hoy le va a tocar a la TONÁ, que también dicen que es la madre del flamenco (en esto también estoy algo reticente, pero eso es otra historia) tronco principal del árbol genealógico.
Pudiera ser que pudiera ( y aquí vuelvo a hacer hincapié que lo sea) que la toná naciera de un quejío- aparte de la implicación que conlleva el ser una música triste y patética- que el herrero fuese dando a base de martillo sin saber bien lo que cantaba, hasta que un día llegara un tal José y le dijera:
¡Tio Luís, cántame otra vez aquello de ayer!...sí hombre, aquella tonaílla  con la que te lamentabas, esa toná que le dabas que te salió bordao... y que Tio Luís seguramente no recordase.


Tío Luis de la Juliana: El primer cantaor reconocido, nacido en Jerez de la 
Frontera en el siglo XVIII y creador de la Toná.
*Las mujeres fueron las primeras guitarristas...

Pincha aquí, si quieres saber más sobre el Tío de la Juliana.


Manuel Cagancho: Cantaor nacido en Sevilla en 1846, creador
de varios estilos por seguiriyas.

Pincha aquí, si quieres saber más sobre Manuel Cagancho.


Aquí dejo unas letritas mías:
En una fragua de triana 
Cagancho está cantando,
Y dedica a su gitana
tonás que van brotando.




Sastipen ta li

Rafael Mendiola

lunes, 25 de febrero de 2013

Álgebra calé

Somos un uno con un cero por delante;
Un número preñado de alegre diferencia.
Un número cabal, primo indivisible
Con raíces muy cúbicas y geométricas.


Se nos hace juicio y se nos quita el cero.
Pero íntegros quedamos: No se llevaron nada.


Tenemos el respeto de todo el Infinito,
Que aplaude la unidad sólida y sana
Contra trigonometrías de incorrectos mitos.

Y la admiración de otros primos algebraicos
Maravillados de ver como con tantas ganas
Derivamos integraciones en cálculos mágicos.

Mágicos, sí, porque añadimos con permiso,
Y en la multiplicación, daño no hacemos.
A todos los dejamos como estaban
Pero podemos restar cuando queremos.


Que no nos cuadren pues;
Que no nos toquen las raíces
Ni que jueguen con nosotros
En logaritmos ajenos.

¡Cuidado! ¡Tenedores de libros del Infierno!
Que aunque somos el más chico de todo el Universo
Primero y primo somos y contamos con el Cero.

Y no creais que lo pondremos a la izquierda
Para que lo rapteis de nuevo.
¡Que esta vez estará a nuestra derecha
Y multiplicar y dividir podremos!



Términos matemáticos usados en Algebra Calé;
Uno, cero, número, primo, indivisible, raíces, cúbicas, geométricas,
íntegros, infinito, unidad, trigonometrías, algebráicos, derivamos,
integraciones, cálculos, añadimos, multiplicación, restar, cuadren,
raíces, logaritmos, tenedores de libros, primero, dividir.
Nota: El término primo que en matemáticas define a un número
indivisible solamente por sí mismo, aqui también significa primo
gitano, término cariñoso que los gitanos nos damos unos a otros.


Somos un uno con un cero por delante;

Estas estrofas son claras: Tenemos unidad, sí, pero no tenemos
fuerza. Lo único que tenemos es nuestra inherente alegría y nuestra
vieja y arraigada (raíces) cultura.


Se nos hace juicio y se nos quita el cero.
Pero íntegros quedamos: No se llevaron nada.


A través de la Historia nos han quitado todo, pero en el análisis
final no se llevaron nada. Gitanos seguimos siendo.


Tenemos el respeto de todo el Infinito,
Que aplaude la unidad sólida y sana

Contra trigonometrías de incorrectos mitos.


No es verdad, a menos que el Infinito aquí sea simbólico. Es un
Infinito místico, opuesto a la opinión mundana, limitada.


Y la admiración de otros primos algebráicos
Maravillados de ver como con tantas ganas
Derivamos integraciones en cálculos mágicos.



Otras minorías se preguntan cómo es posible que a pesar de todas las
persecusiones y de intentar quitarnos la gitanidad, hemos sabido
torear todos esos intentos a integrarnos y seguimos siendo gitanos.


Mágicos, sí, porque añadimos con permiso,
Y en la multiplicación, daño no hacemos.



Nunca hemos impuesto nuestra forma de vida ni de pensar a nadie.
Cuando nos aculturamos, no hacemos daño, no se nota en la sociedad
mayoritaria. Pero tenemos el potencial de substraer a esa cultura un
poquito del poder que ahora poseen.
Todo ésto es una advertencia a la sociedad dominante de que tienen,
en primer lugar dejarnos tranquilos, y en segundo lugar contar con
nosotros ya que empezamos a tener alguna voz, aunque todavía no
tenemos mando.
 

Miguel Mendiola
 














sábado, 9 de febrero de 2013

Tanteando tientos

Aficionados y estudiosos del flamenco afirman que el tiento lo inventó El Marrurro, y que lo popularizó El Mellizo.
Que si versos octosílabos, que si compás binario...(yo más bien me inclino que es cuaternario; compasillo; 4/4).

También dicen que primero vinieron los tangos  y que luego llegaron los tientos ( ¿El huevo o la gallina?).
También se dice que son tangos lentos -en esto estoy totalmente de acuerdo- por consiguiente también podrían ser los tangos unos tientos acelerados.




El que lea lo que sigue a continuación, le pido disculpas de antemano por mi atrevimiento; dicho esto, digo lo que pienso sobre el orígen de los tientos. 

Pudiera ser que pudiera ( aquí no hago hincapié que lo sea) que los tientos ( y la misma palabra ya lo está diciendo: tiento; tienta; tantear algo que venga bien y que se ajuste a lo que se está intentando averiguar) sea una prueba o experimento que se hace con la voz para ir cogiendo la tonalidad, a la vez que se aclara; el cantaor con la introducción (los ayes y lereles) va buscando el camino; andando a tientas; afinando, tentando, tanteándose la garganta... que no sea un cante en sí.
                                                



Dicen que Antonio Chacón utilizó este cante con una copla que decía: 
                                         

                                                 Me tiraste varios tientos
                                                   
                                                  por ver si me blandeaba,

                                                  y me encontraste más firme

                                                  que las murallas del alba.

 




Sastipen ta li


                                                                                                                              
Rafael Mendiola

miércoles, 6 de febrero de 2013

Guitarra de madera

Quería enseñaros el regalo que me hizo mi hija en reyes, que cómo os podeis imaginar, me encantó. Acaba de colgar las fotos en internet y no he podido contenerme. Empezaron hace muy poquito, ella y dos amigos y la verdad es que hacen maravillas con maderas recicladas.






martes, 29 de enero de 2013

Un mano a mano por fandangos


Eran principios de los años 70...
Después de una turné por Austria, Inglaterra y Alemania con un espectáculo ( y menudo espectáculo) y un elenco de artistas tales como Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Adela la del Chaqueta, Mariquilla, Los Bolecos ( Matilde Coral, Rafael el Negro, Farruco y yo que era el guitarrista).
Pues, con Los Bolecos aterricé en Los Canasteros, uno de los tablaos con más solera en Madrid regentado por Manolo Caracol.

El Tablao LOS CANASTEROS  "Teatro Real de los Gitanos"

Una noche, después de la función, quedando muy pocos clientes ya en el tablao apareció por allí Camarón, -el cual ya tenía una gran entidad entre los flamencos- Caracol lo recibió con los brazos abiertos y se lo llevó arriba al escenario, se sentaron  en el suelo al filo, con los pies colgando y aquello empezó. (se hizo un silencio en el cual se podía oir el fluir de la sangre por las venas).
Casi todos éramos flamencos y sabíamos lo que allí, en ese momento podía pasar...y pasó, lo que algunos llamamos duende, llegó lo que todos esperamos que algún día pase...y pasó.

Camarón y Caracol

"Un mano a mano por fandangos", como se suele decir a palo seco; sin guitarra, Caracol con esa maestría, esa flamencura, esa pureza...la satisfacción y el deleite de estar allí, en el sitio y en el momento justo, no se oía ni una mosca, de vez en cuando se oía un ¡ole! pero esos oles que salen del alma. Y llegó, le tocó el turno a Camarón... ( y aquí pongo puntos suspensivos que más bien podrían ser lágrimas) aquello fue grandioso; sublime, allí ya todos con el corazón que se nos salía, ese instante inenarrable; no se puede explicar con palabras; ¡acabó con el cuadro! sólo fueron dos fandangos, pero allí ya no se podía cantar más.




(Mis vivencias, Rafael Mendiola)


lunes, 28 de enero de 2013

Seguiriyas Gitanas

Seguiriyas gitanas
(A Enrique Soto)
 
Autor: Miguel Mendiola

Me enteré que estabas mala

y no queriendo perderte
forjé una luna de hierro
y puse reja a la Muerte.

**


Yo trabajo con el junco,

con el junco de mi cante;
el junco que me da vida,
el junco que me da arte.

Canastos de seguiriyas

lleno de adelfas brillantes.
Y también las canastillas
las lleno yo con mi cante.

Junco y mimbre,

Mimbre y junco...
Solera de "Los Sorderas"
¡En un canasto de Arte!



Mi hermano Miguel escribió y dedicó estas letras 
de seguiriyas para mi cuñado Enrique Soto "Sordera de Jerez".