domingo, 24 de noviembre de 2013

La cultura gitana (2ª parte)




                                   

 La efectividad gitana



      Cuando hablo de efectividad gitana, me refiero a toda una cultura y no a individuos. Aún así,  mucha gente cuestiona este concepto, dado el gran índice de analfabetismo en la población gitana al mismo tiempo que una pobreza endémica. ¿Qué tan efectivos son los gitanos cuando por cientos de años han sido en su mayor parte pobres y lo
siguen siendo?
      La pobreza y el analfabetismo no tienen nada que ver con la efectividad y sí mucho con circunstancias externas a la cultura. Teniendo en cuenta las persecuciones, discriminaciones y todos los obstáculos que el gitano ha tenido que vencer a través de su historia, es sorprendente que haya sobrevivido. Sabemos que un campeón de natación es muy efectivo en su deporte; pero si lo agarran entre varios y no lo dejan nadar, nunca podrá demostrar qué tan bueno es. Y al gitano le ha pasado lo mismo. Siempre ha estado agarrado, a veces literalmente, y por eso le será difícil probar qué tan
efectivo sería a menos que tuviese las mismas oportunidades que un payo acomodado, por ejemplo.
      La efectividad gitana no es más que un alto coeficiente emocional.
      Para mí, esto es más importante que tener un alto coeficiente intelectual, el cual a veces nos da una idea errónea de la capacidad mental de una persona. La inteligencia es algo demasiado complejo como para poder medirse o catalogarse. Estos exámenes de inteligencia miden solamente una parte de la inteligencia total de una persona, como por ejemplo su capacidad para reconocer patrones aritméticos o gráficos representados por símbolos abstractos. Pero si esta capacidad no va acompañada de muchas otras, es posible que no sirva de mucho a la hora de resolver un problema real o de tener que tomar una decisión importante.
      Estos exámenes no toman en cuenta ni la cultura ni el nivel de educación de la persona. Con un tiempo límite, favorecen a aquellos que leen bien y rápidos, a aquellos que están acostumbrados a tomar exámenes y no se ponen nerviosos. Y favorecen también a aquellos que pertenecen a la misma cultura que el diseñador del examen.
      El simple hecho de tener un tiempo límite, favorecerá a los que piensan rápido, lo cual no necesariamente quiere decir que sean más inteligentes que aquellos que se toman su tiempo.
      Por ejemplo, Mozart podía componer una sinfonía de un tirón sin tener que borrar ni una sola nota musical. Por el contrario, Beethoven nunca estaba satisfecho con su obra, repasándola muchas veces, borrando y volviendo a escribir. Pero a pesar de la rapidez y facilidad de uno y la lentitud fastidiosa del otro, pocos se atreverían a decir que el uno era mejor que el otro o más inteligente.
      El ser inteligente es importante pero es un factor que no podemos controlar y que, aparte, no nos garantiza el éxito en la vida.
      Por el contrario, el coeficiente emocional es el factor decisivo. De acuerdo con el psicólogo Daniel Goleman, quien acuñó este término, a veces también referido como inteligencia emocional; las personas con un alto grado de coeficiente emocional tienen las siguientes cualidades:

     Gran capacidad de adaptación.
     Intuición.
     Poder de observación.
     Sentido de lo que es o no es importante.
     Conocedor del ambiente que lo rodea.
     Estabilidad emocional.

      Todas estas cualidades son igualmente gitanas; se puede deducir que el gitano es emocionalmente inteligente.
      Incidentemente, estas cualidades son las mismas que forman parte de la efectividad gitana de la cual he hablado por mucho tiempo. En un principio, he atribuido el desarrollo de estas cualidades a circunstancias históricas por las que el gitano ha pasado, poniéndolo a prueba, forjándolo, y en cierto modo forzándolo a ponerse listo, porque de otra forma no hubiera sobrevivido. Más tarde he aprendido que también se deben en gran parte a la misma cultura, que los individuos que se crían en un ambiente familiar, protegidos, mimados incluso, tienden a ser personas estables, sociables, alegres, extrovertidas. Al contrario de aquellos que pasan su infancia en guarderías infantiles, con poco contacto con los padres y mucho menos con su familia extendida, como son los abuelos, tíos, etc., a los cuales la mayoría de las veces ni siquiera conocen. Estos tienden a ser personas introvertidas, reservadas, asociales, que desarrollan un mayor egoísmo, incluso narcisismo.
      Es el yo versus; el  nosotros del que ya hablé anteriormente que caracteriza las diferencias entre las culturas lineales y circulares.
      Individuos que forman sus caracteres en culturas lineales, donde lo más importante es el yo, nunca aprenden bien a relacionarse con otros, viven demasiado encerrados en sí mismos, no les gusta que los toquen. No es de extrañar que no tengan idea de lo que está ocurriendo a su alrededor. Por eso es difícil para estos individuos desarrollar estas cualidades de comunicación, de entendimiento de la naturaleza humana. No se entienden ni ellos mismos ¿cómo van a entender a otros?
      Veamos ahora estas cualidades, componentes de mi efectividad
gitana, aclarando una vez más que me refiero a la cultura en general y no a individuos, ya que es natural que existan excepciones.

1.- Poder de observación.
      Realmente es una gran capacidad de cognición, de entendimiento o de
la interpretación de las claves de comunicación tanto verbal como no verbal. Puesto más simple: El gitano interpreta rápido y exactamente tanto los gestos como el tono de voz de su interlocutor.
      Si consideramos que la comunicación humana consiste en un 60% en gestos, muecas, inflexión de voz, etc., podemos fácilmente ver que aquellos que lean esta comunicación de forma rápida y exacta, tienen considerable ventaja sobre aquellos que no la interpretan bien o ni siquiera se dan cuenta de ella.
      Si lo que una persona dice es solo un 20% de lo que realmente quiere decir o piensa, entonces una buena lectura de los gestos y movimientos de esa persona se aproxima en mucho a leer su pensamiento. Esto es un poder verdaderamente extraordinario. Cuando ambos interlocutores poseen esta cualidad, se entienden con pocas palabras. Por eso yo suelo decir que los gitanos entendemos y nos entendemos con una sola mirada.

2.- Intuición.
      Es la capacidad de recolección de experiencias pasadas y de relacionarlas a circunstancias actuales en donde los factores pueden ser diferentes pero no alteran el producto. El gitano observa y enseguida intuye. Esto le permite leer bien cualquier circunstancia y por consiguiente sacar el mayor provecho de ella o en su defecto
evitarla, si es nociva.

3.- Entender bien el ambiente inmediato.
      Con una rápida mirada, el gitano se percata de la relación entre él y los objetos o personas que le rodean. No estoy seguro de si esta facultad se aprende o es ya inherente en el gitano. Quizás por todos los palos que le han dado a través de la Historia, desarrolló la habilidad de verlos venir y esquivarlos.
      Para ello es imprescindible que esté constantemente pendiente, aunque de forma ya natural y subconsciente, de donde están todos los objetos que le rodean, percatándose de inmediato de cualquier cambio en la geografía del ambiente por imperceptible que sea.

4.- Discriminación.
      Esta facultad es producto y suma de todas las anteriores ya mencionadas.
      Cuando una persona se percata de su ambiente, observa e intuye, le es fácil entender qué es lo que puede ignorar y a qué o a quien prestar atención. En otras palabras, reconocer qué es o no es importante.
      El  gachó por el contrario, no sabe discriminar. Todo por igual es importante.      Burócratas naturales, no tienen idea de prioridades. Lo primero que viene es lo primero que atienden, independientemente de su importancia.
      Podemos ver cómo estas cualidades, puestas juntas, podrían ser de mucho valor en el mundo laboral. Solamente tenemos que figurar cómo hacerlo, cómo integrarlas y cómo usarlas afuera de la comunidad gitana.
      Y es que contra más individualista, más lineal, se vaya convirtiendo la sociedad mayoritaria, y al parecer a España le quedan tres telediarios para convertirse en una sociedad totalmente lineal, más difícil le será al gitano ortodoxo integrarse laboralmente a esa sociedad.




                                                                                                       Miguel Mendiola

2 comentarios:

  1. Estupendo, Rafael, como la primera, me descubre un mundo que, aunque pertenece a mi infancia y juventud, porque crecí entre ellos y tengo amigos gitanos, sigue manteniendo ocultas muchas cualidades que desconocía. Espero la segunda con anhelo. Un abrazo.

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  2. Es todo un verdadero y valioso regalo.

    ¡¡¡GRACIAS!!!

    Saludos.

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