martes, 15 de noviembre de 2016

Híspalis romanae est

                                                                                         ( 3ª parte )
           
                      Epigrama a Marcus Valerium...



    Quinto, hijo de Emilia, la que vivía en los Campos del Tívoli, pero que ya hace tiempo que puso casa en la ciudad, en Vía Luna (Escuelas Pías).
 
      Pues resulta que Quinto tiene ambiciones políticas y quiere hacer "cursus honorum" en Roma. Deséale mucho éxito cuando lo veas por ahí, que creo será en el mes diez (diciembre) de este año, pues me dijo que quería llegar antes de que empiece la Saturnalia. Él puede darte más detalles de lo que está pasando por aquí, de tu familia, etc., pues el papel se ha puesto muy caro.
 
      Desde que te fuiste hemos tenido tres procónsules. Esto más que una ciudad, parece un consulado. El nuevo procónsul se llama Tito Máximo. Llega de la provincia de Egipto de donde se cree que procede su familia, aunque él insiste que su abuela era bética, habiendo nacido en Itálica y su abuelo vivió mucho tiempo en la Tarragona pero de familia antiquísima romana, Algo de verdad tiene que haber en todo esto pues pocos llegan a procónsul en edad tan joven, a menos que tengan buenas conexiones en Roma.
 
       Mientras tanto, la ciudad de Híspalis ha cambiado tanto que tú ya no la reconocerás cuando vengas. Ahora es ya mucho más grande que la Itálica, se han añadido calles y murallas. ¿Te acuerdas de una calle que había muy sucia y que daba a la puerta del cementerio? Pues la han alargado y le pusieron calzada y rótulo y se la conoce por Vía del Sol, puesto que al final de la calle se la ha puesto un templo a Apolo. Los griegos no querían ser menos y cerca del viejo mercado, en la plaza de Hércules, abrieron también un templo en honor a Afrodita.

     También se habla de construir un anfiteatro, pero tú sabes cómo son estos romanos. La gente de Itálica se opone a este proyecto bajo el pretexto de que costaría muchos denarios y no quieren que la plebe se acostumbre a la idea de un ocio permanente. Prefieren que sigamos con teatro al aire libre levantados de la noche a la mañana y quitados tan pronto termina la función.

     De todas formas, ahora se ven más caballeros por la ciudad y muchas familias están poniendo casas y palacios por el centro, donde el Betis no llega cuando sube, si es que sube. Por eso le llaman el distrito de Primera. Como sabes, el río inunda al de Segunda y a veces al de Tercera. Pero en este distrito de Primera las casas están cimentadas en terreno sólido, sin necesidad de palos como pasa en el distrito de Tercera, Ahí en tercera y en Segunda continúan los palos y por eso los llaman los distritos de la leña.

     Pero el hecho de que se están construyendo casas sólidas, mansiones y palacios, le está dando mucha categoría a la ciudad. Hay mucho comercio, especialmente en el puerto y alrededor del Betis.  
     El Betis siempre nos trajo comercio, pero hoy más que nunca. Aquello parece un avispero de gente de todos colores y toda clase de lenguas extrañas. Ni que decir tengo que los griegos se están poniendo millonarios. Esto del comercio yo no lo entiendo muy bien, porque algunas cosas han subido hasta el punto en que ahora son lujos y solamente los señoritos de Itálica pueden comprarlas. Pero por otro lado hay productos que han bajado considerablemente y la plebe los compra ahora con facilidad.

     Todos se quejan de que está la vida imposible, pero todos quieren presumir y raro es el que no va al baño público y paga por masajes y otras cosas innecesarias. ¿Cuándo se ha visto a la plebe comprar aves en el mercado? Dicen que no tienen para comer, pero la Plaza de Hércules está lleno de plebeyos. Y las mujeres se compran telas de color amarillo y perfumes de Alejandría. Y en las carreras de caballos en Vía Torneo, los hombres apuestan como si los denarios cayeran del monte Olímpo.

     Pero con la prosperidad también vinieron más impuestos. Se ven más soldados romanos por todas partes y la arrogancia romana se hace cada día más insoportable. "En Roma esto...en Roma aquello...", en Roma todo es mejor y nosotros no sabemos hacer nada bien, Pero dimos varios emperadores, poetas, políticos y filósofos. Más que ninguna otra provincia romana.

     Mas, como iba diciéndote, esta Pax Romana nos está saliendo bastante cara. Con el cuento de mantener el orden, traen más soldados, más paga militar y más tributos.

     ¿Y para qué le sirve a un hombre libre el hacerse ciudadano? Después de pagar una cantidad fuera del orden establecido a cientos de oficiales del gobierno, no se encuentra mejor que antes. Los tributos son los mismos o más. Y si quiere dárselas de ciudadano romano de categoría, tiene que subvencionar una obra de teatro al año, para que la plebe se divierta. Como hombre libre podía entrar en el teatro sin coste alguno y ahora como ciudadano tiene que pagar el tributo.

     Por eso necesitamos gente como Quinto que nos represente en Roma, puesto que ni con emperadores hispanos nos favorecen.

     Bueno, el nuevo procónsul entró en la ciudad por la puerta del Agua, puesto que venía de la ciudad de Carmona. Resulta que la noche anterior se había atascado la puerta y no había Dios que la abriera. Llamaron al encargado de la puerta y se llevaron media hora para abrirla, mientras que el procónsul esperaba fuera y mosqueado. Menos mal que el pópulo lo recibió bien, pues siempre hemos sido hospitalarios y además que nos gusta esto de los desfiles de carrozas, bandas militares, etc.

     Quizás el procónsul se dio cuenta de esta debilidad nuestra por la novedad y la fiesta, porque al mes de su llegada hizo traer desde la ciudad de Carmona una estatua de la Magna Mater y hubo una gran consternación entre el pópulo. Desde luego que la estatua es preciosa. Venía en un carro tirado por dos leones y traía una presencia y dignidad solamente igualada por Minerva. Ni que decir tiene, que todas las matronas de Itálica vinieron a ver la procesión. Todas en sus mejores galas, con túnicas de azafrán.

     Pero esta procesión no era como las que estamos acostumbrados. Había gran estrépito de tambores, panderetas, cornetas y flautas. Los sacerdotes de la diosa eran todos fanáticos eunucos, que se golpeaban con látigos mientras pegaban aullidos. El procónsul había repartido un puñado de monedas de plata y cobre para que la tirasen al paso de la diosa y la plebe se peleaban por ellas. Y todo esto bajo una incesante lluvia de rosas.
   
     Ahora los romanos envidian a los griegos y le tienen miedo a sus dioses.
   
    ¿Por qué Artemisa en una ciudad romana? ¿Por que no Diana? Dos nombres para la misma diosa.
     
     Y la pasean en procesión, cerca de la muralla. Las mujeres le tiran ramos de flores. Los hombres le gritan: ¡Guapa, guapa! Y va escoltada por dos centuriones romanos, guiada por un estandarte. El canastillo de la ofrenda listo para el sacrificio.. El libro donde se registrará los tributos que a cada patricio del barrio le corresponde. El incienso, los diezmos y las primicias.

     La diosa de la Victoria, Atenea Nike. Al pasar por el templo de Apolo, la procesión muestra el respeto debido. Los coros van cantando detrás del paso. Los griegos que acompañan a la diosa, regalan frutas y golosinas a los chiquillos romanos. Y quieren más y gritan: ¡ Griego, dame un caramelo! ...y los acusan de chivatos.
   
     Una vieja romana le dice a otra: "Venus es más bonita y tiene más alhajas" Otra griega la oye y responde: ¡Cállate, hija de Afrodita, vete con Hércules a su alameda!

     El estrépito de la caballería romana, cornetas y tambores...acaba la pelea.

     El año que viene pasearán por la misma calzada a la diosa del Bosque y de la Caza. O a la diosa de la Victoria, o a la diosa del Amor.

     Será una semana, sagrada y consagrada, para que los dioses y diosas huelan el azahar, las velas, el incienso. Para que las viejas se peleen y los chiquillos pidan caramelos.



     
     No hemos cambiado tanto...



   







No hay comentarios:

Publicar un comentario