jueves, 1 de diciembre de 2016

La Creación del Mundo

                                                                                                   


                                                                                                                    2ª  parte




     Andalucía es única. Un regalo de los dioses; los andaluces, el producto de ese regalo.
     
     Es un egocentrismo que todas las culturas tienen en común. La diferencia está en el espíritu andaluz. Primero debemos aceptar como premisa mayor que la Vida es vida solamente si se vive. Se entienda lo que se entienda, yo creo que el andaluz lo entiende mejor que nadie. Lorca dijo alguna vez que un muerto está más muerto en Andalucía que en ninguna otra parte del mundo. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando comprendemos bien lo que la Vida significa, no tenemos más remedio que cumplir con el primer mandamiento de los dioses: ¡Vívela!

     Pero una vida no consiste simplemente en satisfacer nuestras necesidades orgánicas más inmediatas. Esto es lo que hacen los suecos. La Vida es un riesgo, un experimento y una experiencia. El ingrediente de la Vida, tal como la entiende el andaluz, es la Pasión. El andaluz vive la vida con una pasión sobrehumana. Con Entusiasmo.

     Pero este entusiasmo hay que compartirlo. El andaluz no se conforma con vivir su vida. Quiere al máximo compartirla con amigos y semejantes y de ahí viene la palabra "Simpatía". Para todo esto hay que tener alma, espíritu y ese otro don que no existe en ninguna otra parte del mundo: Duende. El duende es un sentimiento exclusivamente andaluz. está relacionada al entusiasmo. Es casi imposible de describir, pero todos los andaluces lo entendemos.

     Y entonces es cuando una vida se completa, cuando más allá de lo biológico, con alma y duende, con entusiasmo y simpatía, con pasión, podemos entender por qué el muerto se siente más muerto: Porque echa mucho más de menos esa vida.

     Y en otros sitios no sienten esa pasión por la vida por las expresiones tan frías , las sonrisas forzadas. Contienen demasiados " no hagas esto o lo otro". Mientras el andaluz se arrepiente solamente de lo que no hizo y pudo hacer.

     En otras culturas al duende se le podría llamar éxtasis, pero en Andalucía no es éxtasis, ni entusiasmo, ni pasión, es de todo un poco. El duende se experimenta mayormente en lo creativo. No es exclusivo del flamenco, pero ocurre a menudo durante un toque, un cante o un baile. El duende es algo único que solamente una persona lo posee en cierto momento. Los demás podemos reconocerlo, sabemos que está ahí, pero no somos los vehículos. 

     El duende también es único en que no existe sólo por un momento. Un torero puede tener la mejor tarde de su vida, realizar la suprema y más perfecta faena tanto con capa como con muleta. Pero puede fallar a la hora de la estocada. Si ese torero hubiera toreado con duende, no solamente las faenas hubieran sido perfectas sino que hubiera terminado con una estocada hasta el puño y mortífera.

     Así es el duende. O se tiene completo o no se tiene. No viene por un rato solamente. Y con todo lo misterioso y difícil de explicar, el duende se reconoce al unísono e instantáneamente. Los pelos se ponen de punta; el aire es diferente, como embrujado. Sí hay éxtasis, entusiasmo y pasión, pero no histeria. Todo lo contrario, el duende produce una calma, un control, un entendimiento, un "yo sé", o mejor dicho, un "ahora sé".

     El Duende fue regalo de los dioses, al igual que los tres atributos divinos: El Entusiasmo, la Pasión y la Simpatía. Todo lo demás es superfluo y por eso se lo dieron a los suecos.

     No quiero decir que nosotros tengamos superioridad. La superioridad es posible entre objetos de la misma clase.  Podemos decir que esta fruta es mejor que aquella porque es posible la comparación entre el mismo género o especie. Pero no podemos decir que esta mesa es superior a esa naranja; el andaluz no es superior al sueco o a cualquier otro. Simplemente es diferente. En cuanto a la composición de genes somos iguales. La diferencia está en la sustancia; el Alma; en el amor por la vida; los andaluces somos existencialistas por naturaleza y por decreto divino. El ser andaluz no es accidente, así lo quisieron los dioses. Pero este bautismo hay que confirmarlo; el que no se confirme andaluz es un hereje que debería haber nacido en Estocolmo.

     No es egocentrismo. Los judíos dicen que ellos son "los elegidos de Dios". Los cristianos que ellos están "salvados". Los alemanes que son superiores. Los americanos viven en "el mejor país del mundo". Y así "ad infinitum". Pero si digo que el andaluz es diferente y único, todo el mundo se siente ofendido.

     
     Algo de chovinismo tendré...


     

     

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